Este conjunto de vasijas muestra versiones diferentes de una estructura arquitectónica de planta cuadrada con un techo a dos aguas del cual se desprenden dos elementos escalonados. Una de las principales investigaciones orientadas a comprender el significado de este tipo arquitectónico propone que las imágenes pintadas y modeladas que lo acompañan como las serpientes -que simbolizan el mundo interior- las vasijas o los chorros de sangre, sugerirían una relación con rituales humanos.
La propuesta trasciende el objeto y lo interpreta como representaciones de espacios restringidos que se encontraban ubicados dentro de grandes complejos ceremoniales, donde se habrían llevado a cabo estos eventos. Encuentra un referente claro en lo alto de una de las plazas ceremoniales dela Huaca de la Luna, en el valle de Moche, que habría tenido vigencia en el mismo momento en que estas piezas fueron fabricadas.